En 1956, ante la amenaza de la poliomielitis, Saturnino del Río, bajo la supervisión del Dr. Italo Scaro, no solo aportó su experiencia sino también su compromiso con la comunidad. La construcción de dos pulmotores, una iniciativa gestionada directamente por Saturnino del Río, se convirtió en un hito que destaca nuestra capacidad para responder de manera proactiva a las necesidades más apremiantes.